Quiero escuchar como es que tu sangre habla, quiero saber lo que tu sangre dice.
Y ahora que esa sangre se aleja, que corre un rally por la ciudad, que usa tubos de ensaye para generar un geiser portátil, ebullente, útil para hervir enbutidos de carnes fálicas y para procurarnos alguna que otra infusión aromática, por demás saludable; que se pierde por los laboratorios como si fueran laberintos, que se detiene en plazas públicas y glorietas para leer y hacer público, cuál edicto, el origen del vortice que anida en tu ánimo.
Quiero saber
17 septiembre, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario